jueves, 7 de noviembre de 2013

El fin de la Sociedad Salarial

Condición proletaria, condición obrera, condición salarial. Tres formas dominantes de cristalización de las relaciones de trabajo en la sociedad industrial, también tres modalidades de las relaciones del mundo del tra­bajo con la sociedad global. Si bien, hablando esquemáticamente, ellas se sucedieron en el tiempo, su encadenamiento no fue lineal. Con relación a la cuestión aquí planteada -el estatuto del salariado en tanto que soporte de la identidad social e integración comunitaria-, esas condiciones pre­sentan más bien tres figuras recíprocamente irreductibles.

La condición proletaria era una situación de cuasi exclusión del cuer­po social. El proletario era un eslabón esencial en el proceso naciente de industrialización, pero estaba destinado a trabajar para reproducirse y, según las palabras ya citadas de Auguste Comte, "acampaba en la socie­dad sin ubicarse en ella". A ningún "burgués" del principio de la industrialización se le habría ocurrido comparar su propia situación con la de los obreros de las primeras concentraciones industriales, en cuanto a mo­do de vida, vivienda, educación, ocios... Tampoco lo habría hecho ningún proletario. Más que de jerarquía, se trataba entonces de un mundo escindido por la doble oposición entre capital y trabajo, y entre seguri­dad-propiedad y vulnerabilidad de masas. Escindido, pero también ame­nazado. La "cuestión social" consistía entonces precisamente en la toma de conciencia de que esa fractura central puesta en escena a través de las descripciones del pauperismo podía llevar a la disociación del conjunto de la sociedad.

Pdf con la definición mas extensa sobre el fin de la sociedad salarial.
https://drive.google.com/file/d/0B8GdPZ7d9_E6bVFSYUthSW1VVE0/edit?usp=sharing

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